LECCIÓN 353
Mis ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un solo
propósito: estar al servicio de Cristo a fin de que Él
pueda utilizarlos para bendecir al mundo con milagros.
- Padre, hoy le entrego a Cristo todo lo que es mío para que Él
lo utilice de la manera que sea más beneficiosa para el propósito que
comparto con Él.
2Nada es exclusivamente mío, pues Él y yo nos hemos unido en
un propósito común.
3De este modo, el aprendizaje casi ha llegado a su señalado final.
4Por un tiempo colaboraré con Él en el logro de Su propósito.
5Luego me fundiré en mi Identidad y reconoceré que Cristo no
es sino mi Ser.
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