LECCIÓN 322
Tan sólo puedo renunciar a lo que nunca fue real.
- Lo único que sacrifico son las ilusiones, nada más.
2Y a medida que éstas desaparecen, descubro los regalos que
trataban de ocultar, los cuales me aguardan en jubilosa espera, listos
para entregarme los ancestrales mensajes que me traen de Dios.
3En cada regalo Suyo que acepto yace Su recuerdo.
4Y cada sueño sirve únicamente para ocultar el Ser que es el
único Hijo de Dios, el Ser que fue creado a Su Semejanza, el Santo Ser
que aún mora en Él para siempre, tal como Él aún mora en mí.
- Padre, para Ti cualquier sacrificio sigue siendo algo por siempre inconcebible.
2Por lo tanto, sólo en sueños puedo hacer sacrificios.
3Tal como Tú me creaste, no puedo renunciar a nada que Tú me hayas dado.
4Lo que Tú no has dado es irreal.
5¿Qué pérdida podría esperar sino la pérdida del miedo y el
regreso del amor a mi mente?
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