LECCIÓN 315
Todos los regalos que mis hermanos hacen me pertenecen.
- En cada momento de cada día se me conceden miles de tesoros.
2Soy bendecido durante todo el día con regalos cuyo valor
excede con mucho el de cualquier cosa que yo pudiera concebir.
3Un hermano le sonríe a otro, y mi corazón se regocija.
4Alguien expresa su gratitud o su compasión, y mi mente
recibe ese regalo y lo acepta como propio.
5Y todo el que encuentra el camino a Dios se convierte en mi
salvador, me señala el camino y me asegura que lo que él ha aprendido
sin duda me pertenece a mí también.
- Gracias, Padre, por los muchos regalos que me llegan hoy y
todos los días, procedentes de cada Hijo de Dios.
2Los regalos que mis hermanos me pueden hacer son ilimitados.
3Ahora les mostraré mi agradecimiento, de manera que mi gratitud
hacia ellos pueda conducirme a mi Creador y a Su recuerdo.
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