LECCIÓN 305
Hay una paz que Cristo nos concede.
- El que sólo utiliza la visión de Cristo encuentra una paz tan
profunda y serena, tan imperturbable y completamente inalterable, que
no hay nada en el mundo que sea comparable.
2Las comparaciones cesan ante esa paz.
3Y el mundo entero parte en silencio a medida que esta paz
lo envuelve y lo transporta dulcemente hasta la verdad, para ya nunca
volver a ser la morada del temor.
4Pues el amor ha llegado, y ha sanado al mundo al concederle la paz de Cristo.
- Padre, la paz de Cristo se nos concede porque Tu Voluntad es que nos salvemos.
2Ayúdanos hoy a aceptar únicamente Tu regalo y a no juzgarlo.
3Pues se nos ha concedido para que podamos salvarnos del
juicio que hemos emitido acerca de nosotros mismos.
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