LECCIÓN 297
El perdón es el único regalo que doy.
- El perdón es el único regalo que doy, ya que es el único regalo que deseo.
2Y todo lo que doy, es a mí mismo a quien se lo doy.
3Ésta es la sencilla fórmula de la salvación.
4Y yo, que quiero salvarme, la adoptaré, para regir mi vida
por ella en un mundo que tiene necesidad de salvación y que se salvará
al aceptar yo la Expiación para mí mismo.
- Padre, ¡cuán certeros son Tus caminos; cuán seguro su desenlace
final y cuán fielmente se ha trazado y logrado cada paso de mi salvación
mediante Tu Gracia!
2Gracias a Ti por Tus eternos regalos, y gracias a Ti también
por mi Identidad.
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