LECCIÓN 285
Hoy mi santidad brilla clara y radiante.
- Hoy me despierto lleno de júbilo, sabiendo que sólo han de
acontecerme cosas buenas procedentes de Dios.
2Eso es todo lo que pido, y sé que mi ruego recibirá respuesta
debido a los pensamientos a los que va dirigido.
3Y en el instante en que acepte mi santidad, lo único que
pediré serán cosas dichosas.
4Pues, ¿qué utilidad tendría el dolor para mí, para qué iba
a querer el sufrimiento, y de qué me servirían el pesar y la pérdida
si la demencia se alejara hoy de mí y en su lugar aceptara mi santidad?
- Padre, mi santidad es la Tuya.
2Permítaseme regocijarme en ella y recobrar la cordura mediante el perdón.
3Tu Hijo sigue siendo tal como Tú lo creaste.
4Mi santidad es parte de mí y también de Ti.
5Pues, ¿qué podría alterar a la Santidad Misma?
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