LECCIÓN 270
Hoy no utilizaré los ojos del cuerpo.
- Padre, la visión de Cristo es el don que me has dado, el cual
tiene el poder de transformar todo lo que los ojos del cuerpo contemplan
en el panorama de un mundo perdonado.
2¡Cuán glorioso y lleno de gracia es ese mundo!
3No obstante, ¡cuánto más podré contemplar en él que lo que
puede ofrecerme la vista!
4Un mundo perdonado significa que Tu Hijo reconoce a su Padre,
permite que sus sueños sean llevados ante la verdad y aguarda con gran
expectación el último instante de tiempo en el que éste acaba para siempre,
conforme Tu recuerdo aflora en su memoria.
5Y ahora su voluntad es una con la Tuya.
6Ahora su función no es sino la Tuya Propia, y todo pensamiento
salvo el Tuyo ha desaparecido.
- El sosiego de hoy bendecirá nuestros corazones y, a través de
ellos, la paz descenderá sobre todo el mundo.
2Cristo se convierte en nuestros ojos hoy.
3Y mediante Su vista le ofrecemos curación al mundo a través
de Él, el santo Hijo que Dios creó íntegro; el santo Hijo a quien Dios
creó como uno solo.
|