LECCIÓN 232
Permanece en mi mente todo el día, Padre mío.
- Padre mío, permanece en mi mente desde el momento en que me
despierte, y derrama Tu luz sobre mí todo el día.
2Que cada minuto sea una oportunidad más de estar Contigo.
3Y que no me olvide de darte las gracias cada hora por haber
estado conmigo y porque siempre estás ahí presto a escucharme y a
contestarme cuando te llamo.
4Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan
siendo acerca de Ti y de Tu Amor.
5Y que duerma en la confianza de que estoy a salvo, seguro
de Tu cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo.
- Así es como debería ser cada día.
2Practica hoy el final del miedo.
3Ten fe en Aquel que es tu Padre.
4Deja todo en Sus Manos.
5Deja que Él te revele todo y no te desanimes, pues eres Su
Hijo.
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