LECCIÓN 225
Dios es mi Padre, y Su Hijo lo ama.
- Padre, no puedo sino corresponder a Tu Amor, pues dar es lo
mismo que recibir y Tú me has dado todo Tu Amor.
2Tengo que corresponder a él, pues quiero tener plena conciencia
de que es mío, de que arde en mi mente y de que, en su benéfica luz, la
mantiene inmaculada, amada, libre de miedo y con un porvenir en el que
sólo se puede perfilar paz.
3¡Cuán apacible es el camino por el que a Tu amoroso Hijo se
le conduce hasta Ti!
- Hermano mío, ahora hallamos esa quietud.
2El camino está libre y despejado.
3Ahora lo recorremos juntos y en paz.
4Tú me has tendido la mano, y yo nunca te abandonaré.
5Somos uno, y es sólo esta unidad lo que buscamos a medida
que damos los últimos pasos con los que concluye una jornada que nunca
comenzó.
|