UN CURSO DE MILAGROS
LIBRO DE EJERCICIOS

 UN CURSO DE MILAGROS - INTRODUCCIÓN
Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.

En esto radica la paz de Dios.
   
 
PRIMERA PARTE :
[1-50] [51-100] [101-150] [151-200] [201-220]
SEGUNDA PARTE :
[221-270] [271-320] [321-365]

11. ¿Qué es la creación?

  1. Padre, mi libertad reside únicamente en Ti.
  2. Tan sólo puedo renunciar a lo que nunca fue real.
  3. Gustosamente ?sacrifico? el miedo.
  4. No quiero ser guía. Quiero ser simplemente un seguidor.
  5. Todas las cosas que creo ver son reflejos de ideas.
  6. He de ser por siempre un Efecto de Dios.
  7. No necesito más que llamar y Tú me contestarás.
  8. Elijo estar en segundo lugar para obtener el primero.
  9. He elegido ya lo que Tu Voluntad dispone
  10. Hoy no volveré a hacerme daño.

12. ¿Qué es el ego?

  1. El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.
  2. El miedo aprisiona al mundo. El perdón lo libera.
  3. El perdón pone fin al sueño de conflicto.
  4. Hoy reclamo los regalos que el perdón otorga.
  5. Elijo ver la impecabilidad de mi hermano.
  6. El perdón me enseña que todas las mentes están unidas.
  7. Mi impecabilidad me protege de todo daño.
  8. Sólo mis propios pensamientos peuden afectarme.
  9. Se me concederá todo lo que pida.
  10. Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento.

13. ¿Qué es un milagro?

  1. Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad, que es lo único que me mantiene a salvo.
  2. Dejo que el perdón descanse sobre todas las cosas, pues de ese modo es como se me concederá a mí.
  3. No se me pide que haga ningún sacrificio para encontrar la misericordia y la paz de Dios.
  4. Hoy aprendo la ley del amor: que lo que le doy a mi hermano es el regalo que me hago a mí mismo.
  5. Hoy sólo ofrezco milagros, pues quiero que retornen a mí
  6. Hoy me envuelve la paz de Dios, y me ovlido de todo excepto de Su Amor
  7. La ira procede de los juicios. Y los juicios son el arma que utilizo contra mí mismo a fin de mantener el milagro alejado de mí.
  8. Ni mi ira ni mi temor tienen razón de ser, pues Tú me rodeas. Y Tu gracia me basta para satisfacer cualquier necesidad que yo perciba.
  9. Hoy dejo que la visión de Cristo contemple todas las cosas por mí, y que, en lugar de juzgarlas les conceda a cada una un milagro de amor.
  10. Los milagros son un reflejo del eterno Amor de Dios. Ofrecerlos es recordalo a Él, y mediante Su recuerdo, salvar al mundo.

14. ¿Qué soy?

  1. Mi hermano impecable es mi guía a la paz. Mi hermano pecador es mi guía la dolor. Y el que elija ver será el que contemplaré.
  2. Los juicios son lo opuesto al amor. De los juicios procede todo el dolor del mundo, y del amor, la paz de Dios.
  3. Mis ojos, mi boca, mis manos y mis pies tienen hoy un solo propósito: estar al servicio de Cristo a fin de que Él pueda utilizarlos para bendecir al mundo con milagros<./a>
  4. Cristo y yo nos encontramos unidos en paz y seguros de nuestro propósito. Su Creador reside en Él, tal como Él reside en mí.
  5. La paz, la dicha y los milagros que otorgaré cuando acepte la Palabra de Dios son ilimitados. ¿Por qué no aceptarla hoy?
  6. La enfermedad no es sino otro nombre para el pecado. La curación no es sino otro nombre para Dios. El milagro es, por lo tanto, una invocación que se le hace a Él.
  7. La verdad contesta toda invocación que le hacemos a Dios, respondiendo en primer lugar con milagros, y luego retornando a nosotros para ser ella misma.
  8. Ninguna invocación a Dios puede dejar de ser oída o no recibir respuesta. Y de esto puedo estar seguro: Su respuesta es la única que realmente deseo.
  9. La respuesta de Dios es alguna forma de paz. Todo dolor sana; toda aflicción queda reemplazada por la dicha. Las puertas de la prisión se abren. Y se comprende que todo pecado no es más que un simple error.
  10. Que la paz sea conmigo, el santo Hijo de Dios. Que la paz sea con mi hermano, que es uno conmigo. Y que a través nuestro, el mundo sea bendecido con paz.

Lecciones Finales

Introducción
  1. - 365. Te entrego este instante santo. Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu dirección me brindará paz.
Epílogo