UN CURSO DE MILAGROS
LIBRO DE EJERCICIOS (Segunda parte)

Día 7 de diciembre


LECCIÓN 341


Tan sólo puedo atacar mi propia impecabilidad,
que es lo único que me mantiene a salvo.

  1. Padre, Tu Hijo es santo. 2Yo soy aquel a quien sonríes con un amor y con una ternura tan entrañable, profunda y serena que el universo te devuelve la sonrisa y comparte Tu Santidad. 3Cuán puros y santos somos y cuán a salvo nos encontramos nosotros que moramos en Tu Sonrisa, y en quienes has volcado todo Tu Amor; nosotros que vivimos unidos a Ti, en completa hermandad y Paternidad, y en inocencia tan perfecta que el Señor de la Inocencia nos concibe como Su Hijo: un universo de Pensamiento que le brinda Su plenitud.

  2. No ataquemos, pues, nuestra impecabilidad, ya que en ella se encuentra la Palabra que Dios nos ha dado. 2Y en su benévolo reflejo nos salvamos.